¿Te pasa que hay personas que se te acercan y, automáticamente, tu cuerpo responde con nervios, tensión...incluso rechazo?
O quizás te pase que hay gente en la que produces ese efecto: cuando te ven venir quieren evitarte, se sienten intimidados por tu sola presencia, nerviosos, diciendo con su lenguaje verbal que se quieren ir lo más lejos posible de ti.
Te pasa que te encuentras a menudo corriendo detrás de todo? ¿Sintiendo que si no estás alerta, algo malo va a suceder? ¿Que tus estructuras "se van a desmoronar"?
En la vereda de enfrente están esas personas que sientes que te "suben", que te entusiasman, te alegran, te dan "más ganas de vivir".
¿Eres de esas personas que transmite esas emociones positivas (y que, incluso, a veces, pareces tan acelerada que no puedes parar)?
Pero más allá del número, lo importante es esto: sabiendo qué tipo de perfil neuroquímico eres, te puedes sentir mejor, funcionar mejor y ayudar a que tu entorno también lo haga.
Y no paramos sólo en ti. También lo haces en casa. Y con amigos. Y, muy especialmente, en el trabajo.
Ana es mamá, trabaja y lleva mil cosas al mismo tiempo. Siente que si no está encima de todo, todo se cae. Cuando llega el domingo, no logra desconectarse y hasta en vacaciones piensa en lo que dejó pendiente.
Tomás es emprendedor. Se le ocurren ideas brillantes, pero suele pasar a otra antes de cerrar la anterior. Su equipo lo sigue por su energía, pero a veces no logran concretar tanto como podrían.