Te ha pasado más de una vez, ¿verdad? Empiezas algo con entusiasmo, ya sea un curso, un proyecto o un nuevo hábito. Al principio, todo fluye, te sientes motivado y con energía. Pero con el tiempo, algo cambia. La motivación empieza a desvanecerse, aparecen distracciones, el día a día te arrastra y sin darte cuenta... lo dejas de lado.
Y semanas o meses después, vuelves a intentarlo con la firme convicción de que esta vez será diferente. Pero, de alguna manera, el ciclo se repite.
Si te reconoces en esto, quiero que sepas que no estás solo. Es un patrón más común de lo que imaginas, y lo mejor de todo: puedes romperlo.
Este patrón suele seguir estos pasos:
Este ciclo está alimentado por creencias que pueden estar ocultas en nuestro subconsciente:
"No tengo suficiente fuerza de voluntad"
"Siempre dejo todo a la mitad"
"Si no puedo hacerlo perfecto, mejor no lo hago"
"Las personas como yo no logran terminar lo que empiezan"
Cada vez que abandonamos, reforzamos estas creencias y les damos más poder. Pero la buena noticia es que podemos cambiarlas.
No pienses en el gran objetivo final, solo comprométete con los primeros 5 minutos cada día. Dar el primer paso es lo más difícil, pero cuando lo haces pequeño y accesible, todo cambia.
¿Cuándo sueles abandonar? ¿Qué pensamientos te vienen a la cabeza? ¿Qué excusas aparecen? Ser consciente de ese punto de quiebre es clave para superarlo.
No se trata de ser perfecto, se trata de ser constante. Avanzar aunque sea con pequeños pasos es mejor que un gran esfuerzo esporádico que luego se desvanece.
No confíes en tu fuerza de voluntad. Diseña un entorno y una rutina que te ayuden a mantenerte en el camino, sin depender sólo de la motivación.
Cuando aparezca el impulso de abandonar, no te castigues. Solo obsérvalo con curiosidad: "Ahí está ese pensamiento de siempre". Al distanciarte de él, pierde fuerza.
Lo importante no es hacerlo perfecto, sino seguir adelante a pesar de los altibajos.
Un proyecto terminado al 80% o 70% tiene infinitamente más valor que uno "perfecto" que nunca se concluye.
Si sientes que este patrón te ha frenado por mucho tiempo y quieres cambiarlo de raíz, Durante 6 semanas, te acompañaré en un proceso profundo y práctico para descubrir, cuestionar y reprogramar esas creencias que te han estado frenando, liberando tu potencial para lograr lo que realmente deseas.
No es un curso tradicional. Es una experiencia guiada donde cada semana darás un paso hacia una nueva mentalidad, con ejercicios prácticos, herramientas de PNL y mi acompañamiento cercano para asegurarnos de que avances.