Hola, espero que estés muy bien!
5 minutos que te pueden cambiar el resto de tu vida. Y no estoy exagerando
(ni te ofreceré nada)…
Hoy quiero dejarte con una especie de ejercicio-reflexión que te ayudará mucho. Y de esto último NO me cabe ninguna duda…!
En estas fechas, tanto cristianos como judíos estamos celebrando nuestra propia Pascua.
En el idioma hebreo se llama a esta festividad como Pesaj. Ya hablé otros años sobre el gran privilegio que es vivir en momentos donde ambos eventos se festejan en la misma semana…como ahora…
Sobre lo que quiero que meditemos un poquito hoy es sobre el significado REAL que tendrá para nosotros esta festividad (sin importar a qué religión o credo pertenezcamos).
Pesaj se traduce como «salto». Es el «salto» que dio el pueblo hebreo que era esclavo de los egipcios gracias a la ayuda de Dios.
Y sé que, ya seamos cristianos o judíos, ateos o budistas (y cualquier etiqueta que sientes que te contiene) TODAS/OS tenemos que dar un «salto» liberador.
A veces, es en muchos ítems de nuestra vida. Otras, nos sentimos «esclavas» siempre de las mismas cosas.
Cosas que queremos cambiar pero NO podemos. Cosas que ansiamos que sean diferentes, pero evitamos afrontar lo que realmente debemos hacer para «borrarlas» de nuestra vida.
Lo sé porque a mí me pasa todo el tiempo. Porque creo que esta vida es como el camino del pueblo hebreo en el desierto. Una vida de peregrinar, con altos y bajos, donde tenemos que perfeccionarnos.
Pero como estuvimos tan acostumbrados a ser «esclavas», a veces nos olvidamos que ese «salto de libertad» fue
hecho. Y, aunque muchos digan que no, recordamos los momentos de «esclavitud» con añoranza.
- Porque era más fácil.
- Porque sólo teníamos que hacer lo que nos mandaban.
- Porque no éramos responsables de nuestras propias decisiones.
- Porque teníamos la excusa perfecta: sólo seguimos lo que nos dicen que hagamos.
Sin embargo, tanto para judíos como cristianos, viene Dios a liberarnos. A «romper las cadenas» para hacernos cargo realmente de lo que hacemos y dejamos de hacer.
En unos casos, será el comienzo del peregrinar hacia la Tierra Prometida. En otros casos, será el triunfo sobre la muerte del pecado para empezar a andar hacia la Vida Eterna.
No importa qué crees. No importa cuan esclava/o te sientas de esas cosas que quisieras cambiar.
De la misma forma que hace miles de años un pueblo y la humanidad fueron liberados, tú también lo eres.
Aunque a veces lo olvides. Aunque a veces creas que sería más fácil seguir excusándote. Aunque no nos demos cuenta que podemos caminar hacia donde deseemos porque ya dieron ese «salto» por nosotras/os.
Y que decidirás, en adelante, todos los días de tu vida, seguir adelante porque
VALE LA PENA VIVIR LIBRE.
Aunque a veces te sientas débil y quieras volver a ser esclavo. Aunque tengas miedo porque siempre viviste de una forma que sabes que NO es lo mejor para ti. Aunque haya momentos difíciles donde quieras regresar, ponte como propósito de estas Pascuas seguir adelante.
Y cumple contigo esta promesa que te haces en esta fecha tan especial. Y, si eres creyente, pide ayuda a nuestro Padre que siempre está ahí (incluso esas veces que pareciera que no está).
Vive cada día como una mujer u hombre libre. Porque eso eres! Que nadie te permita creer lo contrario!
Con todo mi cariño, Felices Pascuas!!!
Sofía Conti