No discutas con la realidad. Como vivir una cuarentena positivamente

Hola! Por primera vez en más de 13 años enviándote emails o escribiendo articulos para ti, hoy empiezo de un modo diferente: te DESEO, de corazón, que estés bien, aún con las circunstancias que nos tocan enfrentar COMO HUMANIDAD.

Sé que muchas personas están sintiendo miedo, angustia, incertidumbre y mucho dolor…incluso físico. 

Y sabes qué? Yo también me siento así. Y está bien que nos sintamos de este modo. De nada sirve negarlo. Es un momento único en la historia y no sabemos qué viene…o quizás sí, ya verás porqué lo digo… 

El miedo es parte de nuestra humanidad. Así como la empatía, la necesidad “del otro”, la alegría, el amor y la esperanza!!

Y hoy, aceptando la realidad que nos toca vivir (hace unos días escuchaba la frase “no sirve de nada discutir con la realidad, porque siempre terminás sufriendo”) lo que te propongo es que veamos qué harás, qué haremos cada una/o en lo que nos toca vivir y enfrentar.

NUESTRO CEREBRO CAMBIA, SE ACOSTUMBRA Y SE ADAPTA (y qué significa para lo que estamos viviendo a nivel mundial)

Si ya hiciste alguno de mis cursos lo sabes. O quizás lo leíste: el cerebro humano, en CUALQUIER ETAPA DE LA VIDA (desde que estamos en el vientre de nuestra madre hasta antes de morir) TIENE LA POSIBILIDAD de cambiar, de modificarse. Esto gracias a la sustancia de la que está hecho, que sería como si fuera una plastilina (para explicarlo de un modo muy rústico).

Esa capacidad de cambio, de modificarse a sí mismo que tiene el cerebro se llama “neuroplasticidad”. Y es la que permite, entre otra cosas, que nos volvamos mejores, que nos superemos constamente. 

Por ejemplo, permite que una persona que hoy tiene una adicción muy fuerte DEJE de tenerla para siempre. O que una persona que hoy tiene problemas de memoria, miedos y demás NO LOS TENGA MÁS. Entre muchas otras aplicaciones…

Lo que me interesa ahora es que SEPAS que tu mente (y la de los demás en este mundo) gracias a la neuroplasticidad, ENCONTRARÁ el camino de salida. 

Vamos, de un modo u otro, a adaptarnos a esta nueva realidad que nos toca vivir.

Estamos todavía en el prólogo, por eso esas sensaciones de incertidumbre y la ansiedad y miedos que nos generan. Pero quédate tranquila/o porque el cerebro va a adaptarse a las nuevas condiciones que nos toca vivir y saldremos adelante.

Dicho esto, cómo hacemos para “pasar ahora” el “desierto” que nos toca transitar?

De algún modo, esto que nos pasa ahora coincide con el momento de la cuaresma en los cristianos y los días previos a la Pascua judía. Y, como en aquel momento, cuando los israelitas, que eran esclavos en Egipto, salieron hacia la libertad, pero tuvieron que penar durante mucho tiempo en el desierto, ahora a nosotras/os nos toca enfrentar algo parecido.

Cómo hacemos para salir adelante y transitar lo mejor posible este “desierto”? Te dejo aquí no unos consejos, porque no me atrevo a tanto, sino una opinión de cómo podemos encarar este difícil transitar por este momento hasta que todo pase.

NO DEPENDE DE NOSOTROS ELEGIR QUÉ CARTAS NOS TOCAN PERO SÍ DEPENDE DE NOSOTROS LO QUE ELEGIMOS HACER CON ELLAS

Probablemente ya conoces la historia del fabricante de calzado que envía un emisario optimista y otro pesimista a un país lejano, para saber si vender sus productos en ese lugar. 

Ya habiendo llegado allí, el emisario pesimista lo contacta y le dice: “jefe, suspenda toda las líneas de fabricación. No hay forma que podamos vender calzado aquí porque la gente NO lo usa, están todos descalzos. No les interesa y será un error invertir aquí”.

Unos minutos después, recibe el contacto del emisario optimista: “jefe, urgente, ponga a funcionar muchas más líneas de producción. Y destine más dinero para invertir en este país. Es una mina de oro sin explotar! No lo va a poder creer! Están todos descalzos, vamos a vender millones de calzados!”.

Misma situación. Sin embargo, la mirada con la que elegimos ver esa realidad cambia radicalmente cómo la enfrentamos. No digo que sea más fácil, pero sí mejor.

También conocerás la frase “no puedes elegir qué cartas te tocan en el reparto, pero sí puedes elegir hacer lo mejor que puedas con ellas”. Y eso es lo que yo propongo que hagamos desde hoy.

Tenemos ese poder. Nadie puede ELEGIR por nosotras/os cómo ver la realidad. En lugar de pensar en lo malo, pongamos a nuestro cerebro (y ahí entra en acción la neuroplasticidad) a ver CUÁNTAS OPORTUNIDADES tenemos cada instante.

Te propongo ahora que, como cierre, hagas (te recomiendo que lo escribas) un listado de qué oportunidades tienes.

Por ejemplo: para qué personas podrías ser tú una diferencia positiva hoy? 

Algunas ideas:

• Llamar a alguien para darle, a la distancia, esperanza y compañía
• Contactarte con quien hace tiempo te distanciaste y hoy puedes perdonar o pedirle perdón
• poner en tu estado de Whatsapp que quien precise de compañía puede contactarte
• Jugar con tus hijos y unirte a ellos de un modo que nunca antes lo hiciste, de tal forma que quede en su recuerdo de este evento algo muy positivo
• Depurar las diferencias que tengas con tu pareja, abriendo tu corazón, que sepa qué te hace sufrir y escucharla para que ella pueda hacer lo mismo
• Ser el nexo entre gente de tu entorno o conocidos que pueden ayudar con comida, medicamentos o algo más a otros que no tienen ni siquiera agua potable, y las organizaciones (parroquias, ONGs, etc) que están necesitando todo esto para ellos mismos retiralo de donde tú les digas y entregarlo a esas personas.

Estoy segura que tú serás mucho más creativa/o!

Haz ese listado ahora! Verás que realmente te cambiará el “caminar” por este desierto de un modo muchísimo más positivo. No hay forma que así no sea.

Y cierro parafraseando las palabras que escuchaba ayer de un sacerdote: 

“ Pidamos a Dios por el milagro, pero también pidámosle que nos inspire para que cada uno de nosotras/os SEA un milagro para los demás”.

Te mando muchísimos cariños! Saldremos adelante, no me cabe duda!

Sofía

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